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El CRDO ya incluyó la Estaladiña y la Merenzao en la última la modificación del pliego

La DO abre la puerta a otra variedad de uva tinta exclusiva del Bierzo

El futuro de la Mouraz dependerá de cómo responda a las vinificaciones que se están probando

Vinos de variedades minoritarias en pruebas catadas en diciembre en el Itacyl. itacyl

En la última modificación de su pliego de condiciones, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo introdujo dos nuevas variedades de uvas autóctonas que, a partir de entonces, quedaron validadas para la elaboración de vinos de calidad. Fueron la Estaladiña y la Merenzao, ambas con fuerte arraigo en el Bierzo y bien adaptadas al medio; pero hay más y esa realidad amplía los objetivos de la DO, que no descarta la inclusión de la Mouraz, otra tinta pertinaz y resistente a enfermedades como el oídio que todavía está en fase de pruebas para determinar si puede o no producir vinos de calidad.

De ello se está encargando el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) que, a mediados de diciembre, organizó una cata con expertos en la que se probaron vinos de varias uvas minoritarias de la Comunidad, incluida esa Mouraz berciana que —asegura la directora técnica de la DO Bierzo, Carmen Gómez— es única de esta tierra. «Solo se ha identificado aquí», afirma, dejando la puerta abierta a su futura inclusión.

«Dentro de la búsqueda de las variedades autóctonas en el Bierzo, se encontraron la Estaladiña y la Mouraz, que son únicas de aquí, diferentes y están bien adaptadas. Ahora, solo hace falta conocer qué vino produce la Mouraz, si tiene cualidades para poder hacer vinos de calidad, porque nos gustaría incluirla en el pliego. De momento, no hay datos suficientes. Tendremos que probar sus vinos y ver cómo evolucionan, pero nosotros siempre apostamos por lo autóctono si es de calidad, así que en función de los resultados se tomarán decisiones», afirmó Gómez.

En cuanto a la extensión de esta variedad tinta sobre el terreno, la directora técnica del Consejo Regulador reconoce que es algo «simbólico», pero también defiende que «hay que empezar por algo». Por lo que de demostrarse que los vinos son aptos para su elaboración bajo el sello de calidad, la apuesta es firme y el camino está marcadado por sus predecesoras. Tanto la Estaladiña como la Merenzao han ido sumando metros de cultivo desde que fueron autorizadas.

Todo dependerá de cómo respondan las vinificaciones y de los datos que recoja Itacyl. De momento, sobre los resultados de esa cata de vinos de la añada 2023 realizada hace unas tres semanas en el marco del proyecto Minorsens —centrado en localizar, recuperar y poner en valor variedades de vid de Castilla y León y el norte de Portugal con interés enológico— nada ha trascendido, pero la opción de sumar una uva más al catálogo del Bierzo sigue vigente.

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La Mouraz pasaría así a engrosar una lista en la que ya están la tintas Mencía, Garnacha Tintorera, Estaladiña y Merenzao; y las blancas Godello, Doña Blanca, Palomino y Malvasía.

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